160Km non stop es una distancia DURISIMA!!!! Pero una distancia que he hecho varias veces y que ya se que si puedo; como iba a reaccionar a una tormenta de arena, con vientos superiores a los 100k/h, varias horas completamente sola, sin un celular, sin una referencia visual? eso SÍ era nuevo para mi. Así fue el Atacama Xtreme, una carrera atípica, donde iba por 160 kms y salí con un acumulado de 111 Km en 13:07 hrs. con miles de paradas e imprevistos. Cuando uno aterriza en Calama, una magia única lo envuelve. Es difícil explicar esa energía y misterio que sólo el desierto de Atacama tiene (y conste que he estado en algunos más por el mundo). Aprox. 100 kms de una recta eterna te llevan a San Pedro de Atacama, un pueblo de adobe donde hospedarse puede ir desde $ 40 dólares hasta unos $ 2500 por una noche, se come espectacular y hasta buenos vinos hay ahí en un oasis en el medio del desierto mas árido de nuestra tierra. Nos reunimos todos (Argentina, Chile, Brasil, España y México), 5 corredores venían desde México para los 50 y 80K: Denise Rivera, Mario Pérez, Ricardo Beier, Daniel Almanza y Javier Coello. También Sandra Núñez que seria mi pacer después del km 80. Llegamos a la reunión precarrera, donde quien haya prestado atención habría sabido que cualquier cosa puede pasar en Atacama. Revisión de equipamiento obligatorio, entrega de números, un almuerzo para todos y a descansar. Como siempre me pasa, duermo casi nada antes de correr por mas que quiero, mi estomago sabe lo que viene desde unos días antes y ese nudo no se va hasta que empiezo a correr y me conecto conmigo y me mimetizo con el medio. El viernes 23 de Mayo salimos 8 am en punto los corredores de 160K. 40km de Pavimento!!! QUE??? No dios mío! La idea era un camino paralelo en el desierto pero no había tal que fuera corrible, así que todos nos subimos al pavimento. Paso el check point 1 en el km 20, empieza una subidita y un extraño viento en contra. Paso el km 40 en 4:13 y BENDITO DESIERTO, entramos en él. Arena, dunas, nada a kms en la vista, OH SI! Asumo que bajará un poco la velocidad, pero no me importa mucho, prefiero estos terrenos, donde la pisada es complicada y la belleza extensa. Me duró poco el gusto: Llegando al km 45, se desata el INFIERNO. Para ponerlo en palabras simples: Un viento de frente con arena y piedras que te corta la piel, te llenan los ojos, la boca y todo a su paso con arena, la visibilidad se vuelve de algunos metros. Asumo que durará poco, ya lo he vivido allí y en el Sahara. Pasan los minutos y no cesa, por algunos segundos se intensifica y por otros se vuelve tan fuerte que presiento que si no vienen a rescatarme, puede peligrar mi vida. No me paralizo, mantengo la calma, pienso rápido: LAS HUELLAS, eso debo hacer, seguir las huellas de los corredores que ya pasaron antes que sea tarde, antes que se borren. Se que estoy a aprox. 5 kms de un punto donde debe haber algunos del staff con agua. Hago un inventario mental, traigo aprox 400 ml de agua, un silbato (buena cosa, jajaja) un poncho para lluvia, una capa metálica (space blanket), algunas sales, vaselina, bloqueador solar para cuerpo y labios. Estoy a la mitad de los check points: Decido avanzar. Sabia que a mi derecha en algún momento (entre 3 y 5 kms) estaría una carretera, pero también sabia que va contra todo protocolo, que debo quedarme en la ruta que están grabadas en los GPS de la organización. Ya no hay banderas de señalización, se volaron muchas, se doblaron otras como si fueran de papel y no de fierro. Sigo las huellas cuando puedo medio abrir los ojos, intento trotar: No tiene caso, el viento es muy violento….Alcanzo a salir ya si huellas, llegar a un bosque de espinas que está antes del famoso y bello salar (allí debería estar el check point) logro ver a la distancia a mi derecha una bandera, estoy como 400 m desviada de la ruta, retomo el camino. Dentro del bosque se ven algunas banderas, troto hasta que el Check Point aparece a mi vista (como en el km 52), llego, tomo agua, relleno mis botellas para seguir camino que eran 14 kms de salar. Antes de partir les digo que estaba convencida que todos los que venían detrás de mi TENIAN que estar perdidos (cosa que después confirmamos), lo sabía porque ya no había huellas, mucho menos banderas. Les pido que hablen con la organización porque podía ser potencialmente peligroso. Salgo corriendo, me meto al salar y de pronto unos 2kms adelante… CERO visibilidad, ni una bandera, ni una huella y ahora si, NINGUNA referencia. Avanzo en una dirección y nada, me regreso, voy en otra y nada. Decido regresar al check point y avisar. Así lo hice, regresé y notifique que era imposible continuar. Lo que sucedió después fue una LOCURA TOTAL, mas de 3 hrs sobre una camioneta rescatando gente (unas escenas desoladoras y duras). Todos fuimos llevados sanos y salvos al km 80 ya de noche, donde se nos dijo que desde allí continuaríamos. Mis piernas estaban adoloridas ya que corrí y me subí a una camioneta con 4 personas mas detrás, hechos bola, con la ropa mojada del sudor, los ojos casi ciegos de la arena, sin tomar casi agua, ni comer, en fin… Si había que seguir corriendo, así seria. Era ya de noche, Sandra llego para acompañarme y eso me tranquilizaba. Los carabineros (policía de Chile) llegaron al medio del desierto y nos informaron que había peligro de tormenta con nieve en la noche, que no debíamos continuar. Se decide detener la carrera y que corramos a las 6 am del día siguiente con los de 50 y 80K. Todo es confuso, es muy tarde cuando llegamos a San Pedro, había que cenar, medio dormir y allí estábamos todos a las 6 am. La historia fue la misma, tormenta de arena, rescate de atletas, la carrera detenida. El domingo nos vimos a la premiación, un ambiente rico, relajado, emotivo, de amigos. Cada quien con los kilómetros que logró hacer pero con la sensación de haber sido testigos de una ocasión y vivencia UNICA. Casi todos regresaran en 2015 a revivir la aventura. Yo, cumplí mi objetivo, experimente mil cosas nuevas y me conocí un poco mas. Nosotros siempre pensamos que el Atacama Xtreme le apuesta a ser mas que una carrera, UNA EXPERIENCIA DE VIDA y asi fue! Gracias a todos mis patrocinadores: VW, Movistar, Sport City, Brooks, Garmin, Cuadrilátero, Petzl, Lurbel, Raidlight, entre otros… Ya conquistamos el segundo continente y vamos por el tercero! Estemos en contacto en: http://www.rompiendo-‐limites.com/ https://www.facebook.com/nahila.hernandezsanjuan
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Llegar a Suecia fue un pequeño gran drama. Debimos volar, desde Santiago de Chile, un domingo para llegar el lunes en la tarde, ya que corría el sábado 12 de abril 2014, no obstante llegamos de madrugada y en jueves, 2 días antes de la carrera. ¿Por qué? Porque Air France canceló el vuelo. Fue así que pasé días de ir al aeropuerto con maletas, buscando desesperada irme en cualquier oportunidad, como fuera. Evaluamos Madrid‐Barcelona-‐alguna ciudad en Alemania-‐Ámsterdam-‐Estocolmo o Roma‐Paris‐Frankfurt‐Estocolmo, etc. Todos de 2 días viajando y total: NO había lugares. Así la historia, llegue con el Jet Lag a todo lo que daba… ¡Ni hablar! a reponerse lo mejor posible y darle a morir. Ese mismo día en que llegamos, seguía encontrarnos con Vicente García Beneito (una máquina de correr) y un lindo ser humano. Corredor español que hace el Grand Slam este año también (5continentsgrandslam.com) y que ganó el 4 Desert Serie en 2012. Después del encuentro, no quedaba más que ir a cenar y descansar para la carrera. Sábado 9:00 pm: 11 horas de correr que ya se sienten en las piernas, unos 90 kms de subidas y bajadas, bosque, piedras, raíces y un musgo hermoso, típico de los paisajes Nórdicos. A esa hora, se suelta la lluvia y con ello se esfuma la determinación de muchos de terminar los 160Kms. 51% de abandono (aprox. 60 corredores) o algunos de ellos decidieron cambiarse a 80 kms, muchísimos ¿no? Es curioso que cuando las cosas están a la mano, las personas suelen ser menos exigentes consigo mismas, y es que TEC 100 es un 50 y 100 millas (80 y 160 kms) de vueltas de 10K… ¡SÍ! pasas 16 veces por una carpa calientita, con comida y espacio para echarte a dormir. ¡UY! Difícil convencer al cuerpo para seguir, máxime si llueve 7 horas de noche cuando ya llevas muchas otras afuera. Para las 12 de la noche, el bosque era tenebroso, no por haber peligros en él, sino porque el lodo y el musgo, que escondía raíces, resbalaba como jabón. La posibilidad de torcerte el tobillo y/o irte de boca, era MUY real. Para esas horas, yo iba bastante bien (término relativo en el ultra), con un dolor insoportable en la planta de los pies, ciega como un topo… ¡qué rollo el mío con la pésima visión nocturna! En verdad necesito un frontal de minero para correr. Y es que en estas carreras pasan muchas cosas constantemente. Como para contar… había sentido una contractura muy fuerte en el cuádriceps de la pierna izquierda desde el km 70 y me dije: ¡MADRE MIA! faltan 90kms y me debo cuidar como gallo fino porque en 6 semanas corro otros 160k en el desierto de Atacama, conocido por destruir a cualquiera… Así que fui lidiando con el dolor físico, lo ciega que iba, lo tedioso de dar vueltas como hámster, la lluvia, las ranas que salían por todos lados y las ganas inmensas de terminar y sobre todo, cuidarme de las caídas, con el pensamiento en Atacama. Cristian Sieveking, que fue de pacer, me acompañó 4 vueltas (del km 90 al 130). Creo que en este caso era mejor correr sola. Siento que cuando es equipo de apoyo, porque se requiere para completar una tarea de esta naturaleza, está genial; pero en este caso, sola me exijo más, mantengo mejor el ritmo y dejo que mi mente se vaya a ese lugar (que conocen los que hacen distancias largas) donde el cuerpo obedece aun con todo en contra. Me voy sola con una luz terriblemente mala en la vuelta 14. Cuando llego al check point, faltando únicamente dos vueltas como a las 4 ó 5 am, él (Sieveking) había avisado a la organización que yo venía sola y con muy mala luz. Pasó volando, como siempre, y me dicen: ¿Quieres alguien que corra contigo con buena luz? “¡OBVIO! Si no veo ni madres allá afuera y ya perdí mucho tiempo por ello”. Y junto con mi “SÍ OBVIO” va un: “Pero que se apure porque yo no me espero”, jajaja. En eso sale un señor de más de 50 años, sueco, con una lámpara magnífica. Corremos, medio conversamos… Noto que es un hombre amable. Él me sigue, además de que se ajusta a todas mis demandas. En medio del bosque veo geles tirados, algo de basura y le pregunto: ¿Esto lo limpian pronto verdad? (¡qué tal mi plática para un kilómetro 150!). Él me dice: Sí, yo lo hago. Entonces me quedo con la idea de que es una especie de voluntario, miembro del staff o algo así. Para cuando cruzo la meta, 21:50 hrs después, con un 5to lugar femenil maravilloso. Nos vamos al hotel que afortunadamente está como a 500 metros, me baño, duermo 2 ó 3 horas y me voy a la meta de nuevo a buscar a aquel hombre que me ayudó tanto y que no alcancé a agradecerle como corresponde. Le doy un abrazo, le doy las gracias e inmediatamente pregunto por Coyntha Sedvall, una chica mexicana que vive en Suecia, quien me ayudó muchísimo con traducir todo lo que estaba en sueco y con mil detalles de la reserva, información del terreno, etc. Ella corría las 100 millas también. Me dicen que acaba de salir para dar la última vuelta: ¡QUÉ ALEGRIA! Con un abandono de la mitad, ella es una heroína que sigue en la batalla. Finalmente, cuando la veo (hizo 29:12 hrs) me dio mucho gusto… fotos con la bandera, abrazos y ahora sí: a descansar. Al día siguiente me llega un mensaje de Jan-‐Erik Ranström a través de Coyntha, que para no perder el sentido se los transcribo: “¿Puedes enviarle un saludo de mi parte? Y decirle que fue fantástico para mí y muy interesante el haber podido ser su pacer en sus dos últimas vueltas, a pesar que yo no hable mucho. Yo entiendo inglés bien pero se me traba la lengua un poco, especialmente cuando había estado despierto por 24 horas. Cuando al final de la primer vuelta ella me preguntó si quería ser su pacer en la última vuelta, lo tomé yo como un honor hacerlo. Nahila Hernández y Coyntha Sedvall Me puse un poco nervioso debido a mi cansancio y traté de evadir ayudarla, a veces puede uno ser un poco cobarde cuando hay mucho cansancio. Pero al final de cuentas lo haces y resulta mucho mejor de lo que esperabas”. Este hombre no era el que hacía de barredora en la carrera (como yo pensé), es un corredor con 2do lugar en el récord de 48 horas sobre pista de 400 metros. Corrió una carrera de 6 días el año pasado en Francia, en una pista de carros. Es un gran militar ultramaratonista de mucho prestigio en Suecia. ¡QUÉ BELLEZA! ¿NO? Cuando veo atletas y personas que se creen seres superiores por tener ciertos logros deportivos, cuando veo atletas y personas incapaces de reconocer en lo público y en lo privado los logros de otros con sinceridad y humildad, están estos otros que tienen la grandeza propia, así como la nobleza de ayudar y reconocer a otros. También Coyntha escribió su historia de esta experiencia: “Mi primer 100 miles fue un gran reto. El no saber a lo que te enfrentarás y el temor a lo desconocido me hacen más fuerte. Entrené bien, hice todo lo necesario y estaba preparada para el gran reto. Fue duro, tuve dolor constante durante 10 horas. Pero solo existía una cosa en mi cabeza: llegar a la meta. Junto con mi equipo lo logré, a pesar del dolor y cansancio físico. La mente es más fuerte de lo que creemos y me demostré a mí misma que soy capaz de lograr lo que me propongo. El primer reto está completo. Ahora voy por mi próximo 100 miles en julio. Tengo el propósito de completar The swedish 100 miles challenge, que es una carrera de 100 miles en cada estación del año. Primavera está lista. ¡Vamos por la de verano!, ¡Sí se puede!”. Gracias Coyntha por toda tu ayuda con la lengua sueca y la logística. Ya nos veremos por el mundo… Gracias a todos mis patrocinadores: VW, Movistar, Sport City, Brooks, Garmin, Cuadrilátero, Petzl, Lurbel, Raidlight, entre otros. Ya conquistamos el primer continente con un costo de 2 uñas menos y… ¡vamos por el segundo! Estemos en contacto en: rompiendo-limites.com, nahilarun.com Muchos me han preguntado…. ¿Y como se siente? Intentare describir ese tipo de experiencias que hay que vivir para saberlo. Hace unos años supe de Badwater y cuando llego el momento de elegir un proyecto para el 2013 me atrajo el reto por ser mi primera carrera en pavimento, porque es un Icono del Ultra, porque ninguna Mexicana lo había hecho, etc…Entrene como pude. Con tanto viaje, 2 niñas…. Además en Chile estaba el invierno, así es que tuve poco acondicionamiento climático. Unas veces en Sauna en Sport City en México y mucha pendiente: Mucha potencia! Hoy digo: LO LOGRAMOS! Me siento muy feliz, con la sensación del objetivo y el sueño cumplido. Agradecida con mi tripulación que cuido de mi siempre. Este crew lo hice con amigos atletas pero sobre todo con personas que les importo. Yo sabia que las cosas podían ponerse realmente feas y debían morirse en la raya conmigo: Así fue. Gracias Sandra, Denise, Marisol, Jesús, Argel, Dimas y Cristian. Y es que Badwater es del tipo de carreras no son visualizables al 100%, yo diría que muy poco visualizables. Fue lo DURA que pensé y mas. La dinámica de enfriamiento permanente, tener que correr completamente mojada no lo imagine como la locura que en realidad es, aunque si lo repitiera cambiaria muchas cosas. El Valle de la Muerte es, definitivamente, el lugar mas caliente que he estado y de nuestro planeta. En carrera uno nunca entra en un estado plano, donde las cosas pueden planearse, simplemente relajarse y correr. Cada momento tiene una complejidad única: los 58 Celsius durante mas de 4 horas de la tarde del primer día, el viento hirviendo a la caída de la tarde, la subida eterna hasta y después de Paramint Spring, lo interminable de la recta hacia Lone Pine (mas de 50k) y la subida final al Monte Whitney a mas de 50 grados…. Todo implica una complejidad física y mental tremendas. Aun así, tengo una conexión mágica, simple, natural con ese tipo de entornos. El desierto me es atractivo, donde percibo una conexión de otro tiempo con él. Físicamente estuve muscularmente fuerte siempre, me destruí los pies, tuve un golpe de calor 12 kms antes de la meta y 2 shocks de Hipoglicemia, lo demás todo ok, jajaja. Mentalmente, siempre estuve fuerte, con mejores momentos que otros obviamente, pero no padecí mentalmente ni perdí la concentración. Creo que la tripulación hubiera preferido que perdiera a veces tanta concentración….Pienso que Badwater no debe ser comparada con otras carreras como Atacama, UTMB, Spartathlon, Gobi, Sables, etc… Son muy distintas. Todas requieren una capacidad física brutal, de adaptación al medio, estrategias, etc… ponen a prueba el cuerpo y la mente modos distintos. Cuando me preguntan que significo Badwater ahora que lo hiciste….significa un profundo agradecimiento con todos MIS PATROCINADORES: VW, Movistar, Tommy Hilfiger, Sport City, Martí, Garmin, Brooks, Numa, Gatorade, Icebraker, RunMX, Cuadrilátero, Petzl, Injinji, Fivefinger, Nathan. Con ellos, todo esto es posible. También que fui capaz de correr, con el apoyo de mi crew (sin ellos NADIE sobrevive), en el lugar mas caliente del planeta. Que sigo haciendo realidad mis sueños. Creo que la diferencia enorme está en las personas que vivimos en congruencia con los sueños. Sentar precedentes de este tipo, me hace sentir como los aventureros del siglo 19 en África o los expedicionarios de principios del 20 en Antártica. Es un estilo de vida que me apasiona y Badwater es un MONSTRUO DE 10 CABEZAS!clic aquí para modificar. |
Sobre NahilaNahila Hernández es una de las mejores ultramaratonistas del mundo, recientemente regresó de Egipto donde participó en el Sahara Race (250 Km), uno de los ultramaratones más duros del planeta. Archivos
Septiembre 2014
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